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Q:

En Iom Kipur, ¿estamos tratando de hacer תשובה מאהבה o תשובה מיראה? ¿Nos arrepentimos por amor a Hashem o por temor a Hashem?

A:

Ahora bien mis amigos, seamos honestos, francos y sinceros. Digamos la verdad. Si un hombre sale corriendo de una casa que está en llamas, ¿vamos a preguntar por qué está corriendo? ¡Vete! No nos importa cómo haces teshuvá; ¡hazlo de cualquier manera! No revisaremos tu tzitzit si te estás escapándote de tu casa para salvar tu vida.

Teshuvá MeAhavá es algo que requiere una preparación muy grande. Amar a Hashem es para la mayoría de nosotros un concepto muy artificial e irreal. Tener miedo de Hashem, hasta cierto punto eso también es irreal pero como es más alcanzable, está más a nuestro alcance, entonces lo primero que pensamos en Iom Kipur es que queremos vivir después de Iom Kipur. “¡Ribonó shel Olam, ten piedad de mí! ¡Lo siento mucho por lo que he hecho! ¡Seré mejor!”

Vemos lo que le pasó a otras personas. A nuestro alrededor tenemos ejemplos, jas veshalom, de grandes desgracia que les ocurrieron a las personas. Eso es lo primero, “¡Perdónanos! שמע קולנו…חוס ורחם עלינו וקבל ברחמים וברצון את תפילתנו.” Grita con cualquier motivación que tengas. Si puedes pensar en tantos ejemplos de tragedias, jas veshalom, que has visto a tu alrededor y esa es tu motivación, ¡utilízalo! No desprecies eso. Debes conseguir cualquier cosa que haga que tus pies corran más rápido fuera del fuego. Cualquier tipo de energía que te haga clamar a Hashem y pedir perdón, utilízala.

Después de Iom Kipur, puedes sentarse y comenzar a pensar en formas y medios para amar a Hashem. Esa es una gran carrera y hablamos mucho sobre eso aquí.

Ahora bien, mucha gente, especialmente Bené Torá, no piensa en estos términos. Y menosprecian a las personas que hablan de amar a Hashem por lo que Él hace por ellos. Sus mentes no están acostumbradas a estos pensamientos. Pero se están perdiendo una de las mayores formas de éxito en esta vida.

Aprende a amar a Hashem que no tienes una colostomía, un agujero en tu costado. Ama a Hashem porque tienes una hermosa abertura donde se supone que debe estar; esta engrasado y funciona perfectamente. ¡Ama a Hashem por tener un recto normal!

“Ah”, dices, “¿no es una tontería?” Volverás a la ieshivá y te dirán: “¿Qué dices? ¡¿Amar a Hashem por tu recto?!” Se reirán de eso. Está bien, créete jajam si quieres. Pero un hombre que tiene una colostomía, piensa de otra manera. “Oh Hashem”, dice, “deseo que me devuelvas como era antes. ¡Qué feliz sería! ¡Cómo envidio a esa gente que lleva una vida normal!”.

Imagínate un hombre, pasas junto a él en la calle; está condenado a andar en silla de ruedas. Ya nunca podrá caminar. ¡Ama a Hashem por poder caminar! Aprende a decir todas las mañanas con gran alegría “ברוך אתה ה’ אלוקינו מלך העולם המכין מצעדי גבר – Tú estableces los pasos del hombre”. Es un truco poder caminar erguido, mantener el equilibrio sobre las dos piernas. ¿No es un logro maravilloso que tus muslos se balanceen sin esfuerzo de un lado a otro? No sientes dolor en los muslos, y las rodillas se flexionan y relajan a medida que los tobillos se doblan y estiran; y todos los huesos de los pies funcionan con lubricación entre las articulaciones.

Por supuesto, incluso si tienes, jas veshalom, artritis, también deberías estar feliz de poder caminar. Pero si no tienes ningún dolor al caminar, ¡es un placer caminar! Un mecanismo complicado con todo tipo de poleas y palancas; músculos trabajando unos con otros. Milagro tras milagro que todos funcionan perfectamente. ¿Puedes caminar? ¡Es una gran felicidad!

Entonces, si alguien dice: “¿Gracias a Hashem porque puedo caminar? ¡Ja, ja!”, ¡es un letz! Está ridiculizando los grandes regalos de Hashem.

Tienes que aprender eso. Así es como se hace teshuvá MeAhavá. No puedes hacer teshuvá MeAhavá simplemente diciendo: “Decidiré hacer teshuvá MeAhavá”. Tienes que pasar toda una vida estudiando lo afortunado que eres. Todas las bendiciones que recibimos junto con el resto de la Humanidad también son bendiciones. Y así, cuando una persona aprende a estar agradecida con Hakadosh Baruj Hu cuando llega la lluvia, así es como podrá hacer teshuvá MeAhavá. ¡Y también está agradecido por el hecho de que el sol sale todas las mañanas! ברוך אתה ה’ יוצר המאורות. ¿Cuántos judíos frum pasan por esa berajá y no piensan ni una vez en lo que están diciendo? Y se burlarán cuando vean a alguien hablando de agradecer por el sol, haciendo teshuvá porque ama a Hashem por la luz del sol. Se reirán, “Ja, ja”. ¡Pero cada mañana lo dicen! ¡Es la berajá más larga del sidur! Entonces significa que estás viviendo como un robot; ni siquiera sabes lo que estás diciendo. Esa berajá significa gratitud. Eso es teshuvá MeAhavá.

Pero cuando se trata de Iom Kipur, el tiempo es demasiado corto. Digamos que un hombre se está ahogando y está enfermo. Digamos que tiene una enfermedad cardíaca y tiene cáncer; tiene muchas enfermedades y se está ahogando. Y estás parado en la orilla y tienes un cuadro médico de todas sus enfermedades. Entonces dices, “Bueno, para su enfermedad del corazón tenemos que darle una dieta diferente. Para su enfermedad hepática, tengo este medicamento”. ¡Se está ahogando! ¡Y estás mirando la lista de control! “Y para su cáncer tenemos que darle quimioterapia y demás”.

¡No no! ¡Olvida eso! Lanza una cuerda, tírale una tabla. Primero sálvalo. Lo primero que necesita es ser rescatado de las aguas.

Entonces, en Iom Kipur, el primer objetivo es salvarse del juicio de Iom HaDín; ¡de cualquier manera eso funcionará! Si el miedo a la tumba es efectivo, utilízalo. No te preocupes de que sea sólo teshuvá meIrá. ¡Úsala de todos modos!

Después de Iom Kipur, siéntate y trabaja para obtener aún más Irá. ¡Irá siempre es importante! ¡Miedo a la tumba! Todo el mundo quiere estar vivo. Pero además, reflexiona sobre la felicidad que Hashem te da todos los días y todo el día, y poco a poco aprenderás a amar a Hashem y luego quizás el próximo Iom Kipur o quizás dentro de veinte Iom Kipurs también estarás haciendo teshuvá MeAhavá.

CINTA #568 (septiembre de 1985)