Q:
¿Cómo puede una chica de veintiún años librarse de una mala reputación?
A:
Debería abandonar el país (ver Babá Metziá 75b).
Lo digo en serio. Un joven que conozco, una vez cometió algo muy desagradable: era un hombre de ieshivá. ¡Estaba arruinado! Así que vino a mí y me preguntó qué debía hacer. Le dije que se fuera del país, eso es todo. Y debería empezar en un nuevo lugar donde no lo conozcan. Pero le dije que mejor vigilara sus pasos, porque solo hay un número limitado de países en este mundo.
CINTA #495 (febrero de 1984)
