Q:
¿Cómo podemos llorar en Tishá BeAv por las desgracias que le ocurrió a nuestro pueblo hace tanto tiempo?
A:
Y la respuesta es que no hay tal cosa como “mucho tiempo atrás” en nuestra nación. Es un gran error pensar que el tiempo hace alguna diferencia para nosotros.
Nuestra historia es una historia monolítica; desde el comienzo de nuestra historia hasta el final de los tiempos, es una sola existencia. Todos los judíos son una nación; los judíos que una vez vivieron y los judíos que algún día vivirán, todos somos un solo pueblo.
Cuando decimos יעלה ויבוא en Rosh Jódesh, decimos אלוקינו ואלוקי אבותינו יעלה ויבוא זכרוננו ופקדוננו – recuérdanos para bien; ¿Le estamos pidiendo que recuerde a quién? Decimos וזכרון כל עמך בית ישראל, al Bet Israel. ¿Quiénes es el Bet Israel que queremos que Él recuerde? ¿Solo los que están vivos? ¡No! Todo el Bet Israel que una vez vivió; ¡somos un solo pueblo!
Es un error pensar que una vez que mueren todo se acaba y nos olvidamos de ellos; los enterramos y listo. ¡No! Están tan vivos como nosotros. Todas esas neshamot que fueron sacrificadas están tan vivas como nosotros. Y su sangre todavía clama desde la tierra. קוֹל דְּמֵי אָחִיךָ צֹעֲקִים אֵלַי מִן הָאֲדָמָה. La sangre de todos los mártires clama desde la tierra. No dejan de llorar cuando pasan dos días, o dos años, o dos mil años; todavía están llorando.
Y por lo tanto somos una sola nación. Goi ejad significa que somos una sola nación desde el principio hasta el final y es un grave error pensar de otra manera.
Y por lo tanto Abraham Avinu no es alguien que vivió una vez. Abraham Avinu es nuestro padre hoy; sigue vivo. Entonces, si hoy le pedimos a Hashem que nos dé bondad por el mérito de Abraham Avinu, זוכר חסדי אבות, estamos diciendo que Abraham Avinu todavía está vivo en lo que a nosotros respecta.
Hashem significa, היה הוה ויהיה – todos los tiempos están juntos. Ahora métete esta lección en tu cabeza. Para Hashem todos los tiempos están presentes a la vez, אהיה אשר אהיה. No hay tiempo pasado para Hashem.
Entonces, un hombre que cometió un pecado hace cincuenta años; digamos que tuvo bar mitzvá y luego cometió un pecado. “Oh”, piensa, “yo era sólo un muchachito de trece años y medio; Me olvidaré de eso. No; se recuerda para siempre. Nada se olvida; se recuerda para siempre. E incluso los pecados de nuestros antepasados son recordados para siempre. Y las mitzvot de nuestros antepasados también; Él recuerda los actos devotos de los antepasados.
Toda nuestra historia vive. Y es por eso que estudiamos jumash una y otra vez. No hay pasado en absoluto, no hay futuro; a los ojos de Hashem es todo una sola cosa. No hay tal cosa como “hace mucho tiempo” en el pueblo judío. Es ayer, es ahora y es el futuro.
El Bet Hamikdash ahora está ardiendo. De hecho, ahora mismo está ardiendo. Hoy está ocurriendo el Jurbán Bet Hamikdash. Y esa es una actitud fundamental nuestra, que no hay pasado para el pueblo judío. Vivimos con el pasado.
Y también vivimos con el futuro. Cuando Ieshaiahu HaNaví nos dice lo que sucederá algún día, leatid lavó, es cierto hoy. Como cuando Abraham Avinu escuchó que iba a tener un hijo, dice, וַיִּפֹּל אַבְרָהָם עַל פָּנָיו וַיִּצְחָק – cayó sobre su rostro y se rió. Pero, ¿por qué no fue criticado por reírse como criticaron a Sará? La respuesta es que Abraham cayó sobre su rostro y se rió porque estaba tan feliz como si ya tuviera un hijo. Esa era su risa. Como אז ימלא שחוק פינו; nuestras bocas estarán llenas de risa, una risa de felicidad. Cuando Abraham escuchó que tendría a Itzjak, fue como si ya estuviera sosteniendo a Itzjak en sus brazos. Esa es la grandeza de ese gran hombre; no hay futuro, el futuro es ahora mismo. Creemos en el Mashíaj con plena confianza como si ya estuviera aquí; es sólo cuestión de tiempo, porque ya está aquí.
Y así como nuestro futuro es tan real para nosotros, nuestro pasado es lo mismo. Vivimos juntos con todo el Am Israel que alguna vez vivió y que alguna vez vivirá. No hay pasado ni futuro; todo es un presente permanente para el Bet Israel.
Y es por eso que en Tishá BeAv podemos llorar con lágrimas genuinas; porque el Bet Hamikdash está ardiendo ahora mismo. Es parte de nuestro presente el hecho que perdimos el Bet Hamikdash. Y eso está incluido en la idea de כל דור שלא נבנה בית המקדש בימיו כאילו נחרב בימיו.
CINTA #605 (julio de 1986)