Los beneficios de la comida casera

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Q:

¿Hay algo de malo en que un bajur ieshivá vaya a un restaurante a almorzar o cenar?

A:

Debo decirte esto. Si eres un bajur ieshivá, llévate un sándwich de tu casa y no malgastes el dinero de tus padres comiendo en un restaurante. No hay ninguna razón por la que no puedas hacerte un sándwich y comerlo en la ieshivá. Si puedes permitírtelo, tal vez puedas pagar para comer algo en el comedor de la ieshivá. Pero no vayas a restaurantes.

Además de eso, un restaurante es un lugar donde se reúnen otras personas. Te mezclarás con personas que no son de tu tipo y, a veces, es un moshav letzim. A veces obtendrás influencias dañinas. En la ieshivá estás entre los de tu mismo estilo y ahí es donde deberías estar.

Y si eres un trabajador, lo mismo. Trata de llevar un sándwich para el almuerzo y busca un lugar donde puedas comer solo sin nadie más a tu alrededor. No necesitas compañía. Necesitar compañía es un mal hábito. Puedes sentarte y comer tu sándwich mientras piensas en Hashem. Pensamientos de musar. O repasando una parte de la Guemará. Pero pasar la hora del almuerzo perdiendo el tiempo, no. Eso es un desperdicio terrible.

Y también ahorrarás dinero. Un restaurante es algo caro. Y además de eso, quiero decirte algo. En un restaurante no puedes ver lo que se hace detrás de las puertas de la cocina. Toman el pescado con las manos – pescado ya cocinado – y lo ponen en el plato. Luego se limpian la nariz con las manos y toman otro trozo de pescado y lo ponen en tu plato. Y por lo tanto, puedo decirte que no tendrás garantía de higiene personal cuando comas en un restaurante.

En casa, ya sabes, te puedes lavar las manos con agua y jabón y puedes cortar un trozo de pan, un trozo de huevo y unas lechugas y lo que sea. Y te haces un sándwich. Y tienes un sándwich hecho, que no solo es glatt kósher, sino que también es glatt higiénico. Y cuesta menos dinero también.

CINTA #E-179 (febrero de 1999)

TorasAvigdor

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