print

Q:

¿Rav, qué opina usted sobre los jasidim de Jabad Lubavitch?

A:

Bueno, tengo una buena opinión de ellos porque uno de mis maestros era un Lubavitcher. Me enviaron a él cuando era un niño pobre y se suponía que debía pagarle. Pero no teníamos dinero para pagarle. Nunca le di ni un centavo. Y de todos modos me enseñó durante un año entero todo Maséjet Ketuvot sin cobrar nada. Entonces hicimos un sium en el shul Núsaj Ari de esa ciudad; un sium – solo él y yo con la gente del shul.

Por eso los miro con cariño. Él era mi maestro. Solía ​​contarme historias porque era un verdadero Lubavitcher. Procedía de Lubavitch; estudió en Lubavitch durante dieciséis años.

Así que, naturalmente, les tengo afecto. Pero no soy un Lubavitcher porque no estudié allí. Sin embargo, tengo afecto por todos los judíos que son shomré mitzvot.

Así es como deberíamos ser. Así que si me preguntas mi opinión sobre Satmar, mi opinión sobre Lakewood, mi opinión es que halevai pudiera tener el zejut de estar con ellos. Iehí jelkí imahem.

CINTA #459 (junio de 1983)