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Q:

¿Qué medidas preventivas podemos tomar con nuestros hijos para evitar que caigan en manos de los misioneros u otras tonterías cuando crecen? 

A:

El método más influyente es hacer que los niños judíos amen a su pueblo. Porque los argumentos no son adecuados para ellos a una edad tan temprana. Además, ¿quién quiere entrar en tales detalles con niños pequeños, niños y niñas de una edad tan temprana y enseñarles cómo disputar con los misioneros? No; lo que tenemos que hacer es enseñar al pueblo judío a amar el Idishkait, esa es la mejor medida preventiva.

Cuando un niño  estudia únicamente Guemará, por ejemplo, incluso si es un Lamdán, pero si no hay idealismo, si es sólo una cuestión de tener buenas notas o de ser elogiado por ser un Lamdán, es para él algo muy seco. Y de pronto, viene a alguien que le enseña un idealismo falso y lo inspira con falsas ideas, un falso idealismo, falso Dérej Éretz, como amar al compañero, por decir. La verdad es que todo eso es basura, no aman a nadie, excepto a ellos mismos, pero él está engañado por eso porque no lo escuchó en una casa judía; así que él piensa que el judaísmo no es más que algo seco, cosas que no tienen ningún contenido espiritual, por lo que no tiene ninguna inspiración de eso. Ese chico no ama a su pueblo. No significa que se convertirá en, jas veshalom, un Meshumad, pero si no ama a su pueblo, no está armado contra las influencias externas.

El niño judío tiene que aprender el idealismo, es un elemento muy importante. El idealismo es un tema muy importante, y tienes que saber cómo enseñarlo. Cada padre puede comprometerse a hacer que su hijo sea un amante de los judíos, debe convertirse en un אוהב עמו ישראל, debe amar a su pueblo. Debería amar a la nación judía, ver la belleza de todo en Am Israel.

Cuando llegue Janucá, no le enseñe simplemente a encender las velas, a ser un מהדרין מן המהדרין, a usar shemen záit, a hacer una berajá correcta, a tener su propia menorá: todo eso es maravilloso pero no es suficiente. Tienes que enseñarle el fondo de la historia de Janucá; el heroísmo de nuestros antepasados que lucharon y dieron sus vidas. ¡Inspíralo! Esa es una preparación para la batalla contra la influencia gentil. Tienes que inspirar al niño. Tienes que hablar con él.

Digamos que es Pésaj; así que tienes que tener mucho cuidado de que no debería haber ningún jametz. La madre dice: “Cuidado con el jametz, que no caiga jametz en el piso antes de Pésaj; come con una toalla porque pronto tenemos que revisar el jametz”. Todo se hace de acuerdo a la Halajá; ¡Es muy bueno, muy bueno! ¡Pero no es suficiente! Tienes que hablar sobre los ideales de Pésaj, sobre lo que significa jametz. Jametz significa que estamos luchando contra la influencia gentil que nos rodeaba en Mitzráim. Queríamos que Hakadosh Baruj Hu nos llevara desde Mitzráim para que seamos libres de la esclavitud, de la maldad, de toda la inmoralidad que prevalecía en Mitzráim. Ese es el jametz, el jametz es la maldad de las naciones del mundo. Por supuesto, tenemos que cumplir todas las halajot pero tienes que dar la explicación que se encuentra detrás de ellas.

Todo debe estar lleno de idealismo; y al enseñar al niño los ideales de la Torá, entonces estará al cien por ciento armado contra todas las ideologías extranjeras.

CINTA #940 (noviembre de 1993)